sábado, 16 de agosto de 2014

Adicciones: relaciones reificadas


Alejandro Rozado


La psicoterapia puede aportar un enfoque socio-histórico de utilidad para el manejo de las adicciones, al menos en ciertos niveles. Porque la relación dependiente que se establece entre un sujeto y su objeto de adicción, además del efecto fisiológico que provoca su consumo, es similar a una relación social -ya no digamos el fenómeno en sí que ocurre siempre inseparable de los contextos sociales en que se desenvuelve el sujeto.

Los comportamientos de un alcohólico, por ejemplo, son fácilmente equiparables a los de un enfermo de amor. Si observamos la típica situación de un marido alcohólico al interior de una familia, nos daremos cuenta que sus estrategias para ocultar su paulatino apego a la bebida, así como las sospechas de su cónyuge de que "algo anda mal" con el marido y las diversas maneras que éste emplea para evadir la persecución de la esposa, son extraordinariamente idénticas a las situaciones conyugales en las que, de pronto, aparece una amante o un tercero en discordia.

La razón de este símil es la reificación del objeto de adicción. En otras palabras: el objeto de adicción, "animado" en un principio por el sujeto, adquiere en cierto momento "vida propia" y se independiza de la voluntad del individuo. Y no sólo eso sino que se trata, además, de una reificación dominante. Siguiendo con el caso del alcohólico, de pronto nos encontramos con situaciones en que la botella es algo más que un objeto: es un ser que adquiere vida y personalidad propias e influye poderosamente en las conductas y emociones tanto del adicto como de su sistema familiar.

Si a algún adicto le preguntáramos a quién se le figura su objeto de adicción (alcohol, mariguana, cocaína, el trabajo, el gimnasio, etc.), qué tipo de personalidad adquiriría si se convirtiese imaginariamente en humano, no nos extrañaría que respondiese, por ejemplo, que se trata de "alguien que lo comprende y lo acompaña". De hecho, podríamos obtener toda una amplia gama de respuestas como personalidades existen. Pongamos algunos casos:

- "El alcohol es como un amigo de parranda que me divierte y me hace olvidar mis problemas".

- "La mariguana se parece a una chava buena onda que me acepta como soy".

- "La cocaína, en cambio, es una maldita mujer que me prende pero también me domina y no puedo dejarla porque me chantajea".

- "El trabajo es como un bebé vulnerable que depende de mí, se asusta y desespera si no estoy con él todo el día".

- El ejercicio en el gimnasio es una persona muy demandante y absorbente de quien busco su aprobación, algo así como un sargento quisquilloso que siempre me exige más y más.

En todas las respuestas observaremos relaciones sociales subjetivizadas con los objetos o actividades de adicción. A eso le llamamos reificación. No está de más añadir que se trata de relaciones sociales neuróticas. Confusas. Lo peor es que quienes rodean al sujeto adicto, al tratar de solucionar sus consecuentes trastornos de comportamiento, responden exigiéndole que rompa con su dependencia sin comprender que se trata de relaciones sociales subjetivadas. A pasiones de amor tan enfermizas como ésas no se les puede presionar para que se termine con ellas simplemente aplicando la lógica del sentido común, a menos que se espere la misma respuesta: la reincidencia.

Es necesario cuestionar terapéuticamente ese tipo relaciones insensatas con el alcohol y otros objetos o actividades de consumo adictivo con el fin de que los pacientes adictos desarrollen un trayecto sanador, etapa por etapa, hasta su desactivación total. Por ejemplo, hacer que el paciente reflexione si un amigo de parranda que lo aleja de su familia es un amigo verdadero... Una nueva mirada, más realista, a alguien que hemos admirado excesivamente provoca por lo regular un cierto desencanto, y los vínculos subsiguientes no vuelven a ser los mismos de antes. Ocurre una desactivación de la relación social intrínseca entre el sujeto adicto y su objeto de adicción. La psicoteapia de enfoque socio-histórico se encarga de replantear este tipo de lazos psicosociales adictivos.

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